Una
parte esencial de la supervivencia es la preparación mental para la misma. La
voluntad de vivir y seguir adelante puede hacer maravillas.
Una
situación de supervivencia normalmente se dará tras un hecho traumático. De modo
que debemos tener una mente fuerte y una gran voluntad. No debemos dejarnos
superar por el miedo, pues entraremos en pánico y este nos bloqueará y evitará
que seamos capaces de desarrollar todas nuestras habilidades y conocimientos.
Es normal
sentir miedo, el miedo es innato al ser humano, agudiza nuestros sentidos y nos
deja en situación de alerta. Hay que utilizar esa sensación a nuestro favor, la
producción extra de adrenalina puede utilizarse para los primeros esfuerzos
necesarios para comenzar a sobrevivir.
Siempre
debemos tener en cuenta que tenemos de nuestro lado la voluntad de vivir,
sumado a ella tenemos nuestros conocimientos y habilidades. Centrándonos en
esto debemos crear la idea de que vamos a sobrevivir. Aferrarnos a esa idea a
pesar de que todo esté en nuestra contra.
Para
superar miedos lógicos como caminar a oscuras en la noche o pasar la noche
solos, debemos ir acostumbrándonos en entornos controlados. Comenzar a dar
paseos nocturnos bajo la luna llena, pasando a paseos con mayor oscuridad y en
solitario. Salir de acampada sin compañía, dormir en un terreno abandonado,
etc.
Estos
ejercicios de preparación deben hacerse antes de estar en la situación de
supervivencia, ya que la situación real será la verdadera prueba de fuego.
La
superación del pánico es una de las primeras necesidades en una situación de
supervivencia. Para ello debemos centrarnos en un punto positivo. Crear un
núcleo de estabilidad emocional, este puede ser el crear un primer refugio, un
primer fuego o alguna pequeña meta en la que nos centremos, tomando eso como
punto de partida para una mentalidad positiva, comenzando a creer en nosotros
mismo y alejando los malos pensamientos.
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